Tenía una escalera, la escalera tenía trece peldaños, la escalera era de color verde.
La escalera estaba fuera de su ventana, estuvo ahí por meses.
Otoño, pasó invierno y llegó la primavera.
En septiembre la escalera tenía veintitrés peldaños, ya sobrepasaba el techo de la casa.
Aún era verde, nadie entendía porque simón tenía una escalera en su ventana.
Llegó el verano, la escalera tenía setenta y tres peldaños y se veía por sobre los árboles más altos del pueblo. Ahora, la escalera era mitad verde y mitad azul.
Otoño nuevamente y la escalera tenía trescientos treinta y tres peldaños, sobrepasaban las nubes.
Simón decidió subir su escalera, pasó por fuera de su ventana, vió su reflejo en el vidrio, siguió...
Pasó por el techo de su casa, solo había musgo verde, como el color su escalera...
Pasó el árbol más grande de su ciudad, llegó hasta las nubes, solo vió pasar un avión de color azul...
Simón creía que su pelota había llegado al espacio... Simón ya no tenía más peldaños...pero había llegado hasta las nubes.
La escalera estaba fuera de su ventana, estuvo ahí por meses.
Otoño, pasó invierno y llegó la primavera.
En septiembre la escalera tenía veintitrés peldaños, ya sobrepasaba el techo de la casa.
Aún era verde, nadie entendía porque simón tenía una escalera en su ventana.
Llegó el verano, la escalera tenía setenta y tres peldaños y se veía por sobre los árboles más altos del pueblo. Ahora, la escalera era mitad verde y mitad azul.
Otoño nuevamente y la escalera tenía trescientos treinta y tres peldaños, sobrepasaban las nubes.
Simón decidió subir su escalera, pasó por fuera de su ventana, vió su reflejo en el vidrio, siguió...
Pasó por el techo de su casa, solo había musgo verde, como el color su escalera...
Pasó el árbol más grande de su ciudad, llegó hasta las nubes, solo vió pasar un avión de color azul...
Simón creía que su pelota había llegado al espacio... Simón ya no tenía más peldaños...pero había llegado hasta las nubes.